Los pedales
automáticos.
El domingo pasado me estrené en lo que todo el mundo dice que es el paso definitivo para convertirse en ciclista de verdad: los pedales automáticos.
Ata llevaba ya tiempo hablándome de probarlos y que me los iba a montar en la bici. Y como se llevó mi bici a la Vereda del Fraile, aprovecho y los colocó. Sin apenas decirme nada coloco las calas en mis zapatillas y el domingo salimos a probarlas y a ver que tal me iba "enganchada".
los pedales automaticos que llevo |
Primero al lado de casa, probando a enganchar y desenganchar en parado, primero un pie, despues el otro. Una vez cogida más o menos la idea, rodar despacio enganchando y desenganchando en marcha. Toda mi preocupacion era mirar para enganchar aunque el me decia todo el rato que no hay que mirar, que tiene que ser automatico, que si quitas la vista del camino te la pegas.
Lo siguiente fue dar infinidad de vueltas en un campo de tierra para rodar enganchada y probar a desenganchar en marcha y en parado. Después, una pequeña ruta por algun sendero que ni conocía por el barrio, por senderos que ni se veía la tierra por lo tupido de la vegetación primaveral y nos llevo hasta Villaverde. Sin duda que me estaba probando, pues los senderitos eran a veces de los de mantener el equilibrio y andar despacito en muchas ocasiones.
Pues bien, después de una mañana de pruebas y de mis previsibles pero inofensivas 4 o 5 caidas, he de decir que esto es un invento y que se nota que pedaleas mucho mejor y con menos esfuerzo desde el primer momento que vas enganchada.
Las caidas son las que ya estaba avisada, las que vas a parar y no te acuerdas que vas enganchada o las que tienes que frenar de golpe y no te da tiempo a sacar el pie (éstas la verdad es que las estuve practicando yo), las otras no jejeje.
Bueno chicas, que creo que seguire con ellos y os animo a que los probeis. Es verdad que se nota cierta mejora y los chicos no paran de decirnos que se notan sobretodo en subida. Pues eso, que haber cuando nos vamos a subir algo importante.....
Ya os iré contando como me va.... Hoy, rutilla de 15 kilometros en la Casa de Campo con senderos, tramos complicados y raices y bien.... aunque tengo que decir que muchas veces he ido enganchada solo con un pie..... tiempo al tiempo...
Ya os iré contando como me va.... Hoy, rutilla de 15 kilometros en la Casa de Campo con senderos, tramos complicados y raices y bien.... aunque tengo que decir que muchas veces he ido enganchada solo con un pie..... tiempo al tiempo...
Os dejo unos consejos sobre su uso, ventajas e inconvenientes..
Ventajas e inconvenientes de su uso
Una de las mayores innovaciones en el mundo del
ciclismo fue la invención de los pedales automáticos. Gracias a este tipo de
pedales, se produjo un avance muy significativo en el mundo de las bicicletas y
supuso una mejora sustancial en lo referente a la eficacia del pedaleo, mucho
más óptima con los pedales automáticos debido a que se consigue aplicar la
fuerza a lo largo de todo el recorrido o circunferencia de los pedales. A
continuación, conoceremos cuáles son las ventajas y los inconvenientes de
utilizar pedales automáticos en nuestra bicicleta.
Pedales automáticos:
un pedaleo mucho más eficaz y seguro
Hacer uso de pedales automáticos en el Mountain Bike
es una práctica muy recomendable y prácticamente todos los ciclistas que los
prueban continúan haciendo uso de ellos. Entre las ventajas de usar este tipo
de pedales, encontramos:
- Un pedaleo más eficaz. Con los pedales automáticos podemos pedalear ejerciendo fuerza sobre todo el recorrido o circunferencia de los pedales, consiguiendo lo que se denomina pedaleo en redondo. Gracias a esta mayor eficacia en el pedaleo, se mejora la efectividad de los entrenamientos en bicicleta y se reducen lesiones derivadas de desequilibrios musculares entre ambas piernas.
- Una sujeción más óptima. Con los pedales automáticos
nuestros pies van sujetos a la bicicleta de manera firme y se evitan esos pequeños
accidentes que pueden ocurrir cuando se nos escapa un pie del pedal sobre
terrenos accidentados. Además, gracias a esta firme sujeción de nuestros
pies, se mejora el control de la bicicleta y nos permite realizar
diferentes maniobras (saltos, subir bordillos, etc...) simplemente dando
pequeños tirones con los pies.
- La posición del pie siempre
correcta.
Utilizar pedales automáticos hace que la posición de nuestros pies sobre
el pedal siempre sea la misma, sin permitir diferentes posturas que puedan
provocar algún tipo de lesión a largo plazo. Lo único que debemos hacer es
asegurarnos de ajustar correctamente la posición de las calas en nuestras
zapatillas de forma que el pie quede paralelo al pedalier de la bicicleta
y el pedal justo debajo del punto central del metatarso del pie.
Básicamente, estas son las ventajas más importantes de
las que nos beneficiamos cuando utilizamos pedales automáticos en la bicicleta.
Sobre sus inconvenientes, lo más destacable sería el que debemos utilizar
obligatoriamente calzado específico para poder colocar las calas que acompañan
a los pedales automáticos, aunque no deja de ser también una ventaja ya que de
esta manera evitaremos que nuestro calzado "normal" se desgaste en
exceso.
Existe cierto miedo entre los principiantes y otros
ciclistas que nunca han utilizado pedales automáticos a la hora de iniciarse
con los mismos. Lo cierto es que cuando no estamos acostumbrados, es bastante
fácil y común sufrir esas típicas caídas a bicicleta parada debido a que nos
hemos olvidado desenganchar los pies o hemos tardado demasiado, pero siempre
sin mayores consecuencias. Lo cierto es que con un poco de práctica, el gesto
de enganchar y desenganchar el pie del pedal automático se hace de forma
mecánica y no trae mayores problemas.
Además, no está de más recordar que en el mercado
existen multitud de tipos diferentes de pedales automáticos. Podremos encontrar
pedales automáticos de diferentes fabricantes y con diferentes sistemas de
anclaje, además de otros pedales de tipo mixto que pueden ser utilizados como
pedales automáticos o como pedales de plataforma, algo muy útil si no
necesitamos estar "enganchados" en la bicicleta constantemente (por
ejemplo, en recorridos urbanos).
Resumiendo de forma general, los pedales automáticos
son más seguros, favorecen la eficacia de nuestro pedaleo ya que podemos
ejercer fuerza hacia abajo con una pierna y hacia arriba con la otra
consiguiendo un pedaleo en redondo, y nos evitan lesiones y dolores de
articulaciones una vez están bien ajustados. Con un poco de práctica y algunas
salidas con ellos, cualquiera puede beneficiarse de las ventajas de este tipo
de pedales.
Cómo ajustar las
calas de nuestros pedales automáticos
La cala.. esa gran temida!!!!! |
Si hemos decidido montar pedales automáticos en nuestra bicicleta de montaña, tenemos que ajustar las calas que nos engancharán a ellos de forma correcta. Un buen ajuste de la calas nos evitará posiciones incómodas y futuras lesiones de rodilla o tendones. Pero, ¿cómo ajustar las calas de nuestros pedales?
Paso nº 1
Nos sentamos en una silla y descalzos, buscamos con
las manos el punto central del área interna de los metatarsos de nuestros pies.
Oprimimos un poco para crear puntos de presión que nos servirán para recordar
la posición exacta de dichos puntos.
Seguimos sentados en la silla. Nos colocamos las
zapatillas de Mountain Bike en las que montaremos las calas y buscamos
igualmente los puntos presionados en el paso anterior. Marcamos con un lápiz o
rotulador en la suela de las zapatillas la posición exacta para obtener la
referencia necesaria.
Paso nº 2
Llega el momento de colocar las calas. Para ello,
debemos posicionar las chapas donde irán atornilladas las calas. Estas chapas
generalmente traen 4 orificios roscados, formando un cuadrado. En un primer
momento, centraremos sobre los orificios más adelantados si consideramos que
tenemos la punta del pie o los dedos del pie cortos; si por el contrario
creemos que tenemos la punta del pie larga centraremos sobre los orificios más
retrasados, siempre en relación a la punta de nuestro pie o de la zapatilla de
Mountain Bike usada.
Alineamos el centro de los orificios roscados de la
chapa siguiendo una línea imaginaria que parta desde la marca que anteriormente
realizamos en la zapatilla. Para alinearlos longitudinalmente, centraremos la
chapa sobre una linea recta imaginaria tomando como punto de referencia el
centro de los extremos anterior y posterior de nuestra zapatilla de Mountain
Bike. Otra forma es ajustar la chapa lo más centrada posible en el pie, siempre
partiendo de que esté alineada con la marca que hicimos en el paso nº 1.
Paso nº 3
Atornillamos la cala a nuestra chapa correctamente
alineada con la ayuda de una llave Allen del tamaño apropiado. Apretamos lo
justo para poder manipular nuevamente los tornillos en caso de necesitarlo. No
olvidad que es aconsejable usar un poquito de grasa en todas las roscas que
manipulamos en nuestra bicicleta.
El momento decisivo. Regulamos el tornillo de presión
de nuestros pedales automáticos (en caso de llevarlos) hasta la posición intermedia como
punto de partida. Nos montamos sobre nuestra bicicleta de montaña y procuramos
apoyarnos contra un muro o pared para no caernos durante nuestras pruebas.
Paso nº 4
Enganchamos y desenganchamos los pedales unas cuantas
veces, para practicar el movimiento y comprobar el mecanismo. Recordad que el
pedal automático de Mountain Bike generalmente se engancha hacia abajo y se
desengancha de lado; explicado de otra manera: lado izquierdo = movimiento
lateral izquierdo, lado derecho = movimiento lateral derecho. Iremos regulando
el tornillo de liberación del pedal hasta dar con el punto idóneo que
necesitemos.
Tenemos que asegurarnos que las marcas realizadas en
nuestras zapatillas coinciden con el centro del eje del pedal automático. Si es
así habremos realizado bien el trabajo. De otra manera, deberemos adelantar o
retrasar la cala hasta que coincida con el eje del pedal, siempre que este
alineada a la marca que hemos realizado y que nos señala el punto exacto sobre
el que tiene que ir la cala bajo nuestro pie.
Paso nº 5
Hay que probar el pedaleo. Daremos una
vuelta con nuestras flamantes calas enganchadas a los pedales y comprobaremos
que no sufrimos ninguna molestia en los pies o en las rodillas. También tenemos
que comprobar que el pie se encuentra en paralelo a la biela de nuestra
bicicleta. No debemos ir con el talón apuntando hacia el exterior o hacia el
interior, pues en este caso probablemente sufriremos algún tipo de molestia a
la larga (o a la corta…).
Si experimentamos molestias en la parte inferior del
pie, puede ser que nuestras calas se encuentren un poco más retrasadas de lo
que deberían. En este caso es bueno adelantarlas en pasos de 2 o 3 milímetros e
ir comprobando que las molestias disminuyen hasta desaparecer.
No os preocupéis
si las calas quedan diferentes en cada pie. La mayoría de nosotras tenemos 2
pies y cada uno de ellos es diferente del otro. Por eso mismo, cada pie
necesita su correcto ajuste. Por supuesto, cada una de nosotras necesita o
tiene sus preferencias respecto a los ajustes necesarios para posicionar las
calas. Probar diferentes posiciones, partiendo de la base descrita en este
artículo, hasta encontrar la posición perfecta de cada uno.
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