A finales del siglo XIX y principios del XX en Europa, la llamada época dorada de la bicicleta (1890-1905), surgió toda una estirpe de viajeros y aventureros que descubrían mundo a base de pedales. Por primera vez existía un medio de transporte barato para todas las clases sociales; los viajes y la aventura dejaban de ser algo reservado a la alta sociedad. El hecho de viajar por placer se convirtió en una posibilidad para millares de personas por primera vez. Esto empezó a debilitar la rígida estructura de clases inglesa y dio un poderoso estímulo al existente movimiento de la liberación de la mujer.

miércoles, 1 de mayo de 2013

LOS PEDALES AUTOMATICOS. NO HAY QUE TENERLES MIEDO CHICAS.


Los pedales automáticos. 


El domingo pasado me estrené en lo que todo el mundo dice que es el paso definitivo para convertirse en ciclista de verdad: los pedales automáticos.
Ata llevaba ya tiempo hablándome de probarlos y que me los iba a montar en la bici. Y como se llevó mi bici a la Vereda del Fraile, aprovecho y los colocó. Sin apenas decirme nada coloco las calas en mis zapatillas y el domingo salimos a probarlas y a ver que tal me iba "enganchada".
los pedales automaticos que llevo

Primero al lado de casa, probando a enganchar y desenganchar en parado, primero un pie, despues el otro. Una vez cogida más o menos la idea, rodar despacio enganchando y desenganchando en marcha. Toda mi preocupacion era mirar para enganchar aunque el me decia todo el rato que no hay que mirar, que tiene que ser automatico, que si quitas la vista del camino te la pegas.
Lo siguiente fue dar infinidad de vueltas en un campo de tierra para rodar enganchada y probar a desenganchar en marcha y en parado. Después, una pequeña ruta por algun sendero que ni conocía por el barrio, por senderos que ni se veía la tierra por lo tupido de la vegetación primaveral y nos llevo hasta Villaverde. Sin duda que me estaba probando, pues los senderitos eran a veces de los de mantener el equilibrio y andar despacito en muchas ocasiones.
Pues bien, después de una mañana de pruebas y de mis previsibles pero inofensivas 4 o 5 caidas, he de decir que esto es un invento y que se nota que pedaleas mucho mejor y con menos esfuerzo desde el primer momento que vas enganchada. 
Las caidas son las que ya estaba avisada, las que vas a parar y no te acuerdas que vas enganchada o las que tienes que frenar de golpe y no te da tiempo a sacar el pie (éstas la verdad es que las estuve practicando yo), las otras no jejeje.
Bueno chicas, que creo que seguire con ellos y os animo a que los probeis.  Es verdad que se nota cierta mejora y los chicos no paran de decirnos que se notan sobretodo en subida.  Pues eso, que haber cuando nos vamos a subir algo importante.....
Ya os iré contando como me va.... Hoy, rutilla de 15 kilometros en la Casa de Campo con senderos, tramos complicados y raices y bien.... aunque tengo que decir que muchas veces he ido enganchada solo con un pie..... tiempo al tiempo...

Os dejo unos consejos sobre su uso, ventajas e inconvenientes..


Ventajas e inconvenientes de su uso

Una de las mayores innovaciones en el mundo del ciclismo fue la invención de los pedales automáticos. Gracias a este tipo de pedales, se produjo un avance muy significativo en el mundo de las bicicletas y supuso una mejora sustancial en lo referente a la eficacia del pedaleo, mucho más óptima con los pedales automáticos debido a que se consigue aplicar la fuerza a lo largo de todo el recorrido o circunferencia de los pedales. A continuación, conoceremos cuáles son las ventajas y los inconvenientes de utilizar pedales automáticos en nuestra bicicleta.

Pedales automáticos: un pedaleo mucho más eficaz y seguro
Hacer uso de pedales automáticos en el Mountain Bike es una práctica muy recomendable y prácticamente todos los ciclistas que los prueban continúan haciendo uso de ellos. Entre las ventajas de usar este tipo de pedales, encontramos:

  • Un pedaleo más eficaz. Con los pedales automáticos podemos pedalear ejerciendo fuerza sobre todo el recorrido o circunferencia de los pedales, consiguiendo lo que se denomina pedaleo en redondo. Gracias a esta mayor eficacia en el pedaleo, se mejora la efectividad de los entrenamientos en bicicleta y se reducen lesiones derivadas de desequilibrios musculares entre ambas piernas.

  • Una sujeción más óptima. Con los pedales automáticos nuestros pies van sujetos a la bicicleta de manera firme y se evitan esos pequeños accidentes que pueden ocurrir cuando se nos escapa un pie del pedal sobre terrenos accidentados. Además, gracias a esta firme sujeción de nuestros pies, se mejora el control de la bicicleta y nos permite realizar diferentes maniobras (saltos, subir bordillos, etc...) simplemente dando pequeños tirones con los pies.
  • La posición del pie siempre correcta. Utilizar pedales automáticos hace que la posición de nuestros pies sobre el pedal siempre sea la misma, sin permitir diferentes posturas que puedan provocar algún tipo de lesión a largo plazo. Lo único que debemos hacer es asegurarnos de ajustar correctamente la posición de las calas en nuestras zapatillas de forma que el pie quede paralelo al pedalier de la bicicleta y el pedal justo debajo del punto central del metatarso del pie.

Básicamente, estas son las ventajas más importantes de las que nos beneficiamos cuando utilizamos pedales automáticos en la bicicleta. Sobre sus inconvenientes, lo más destacable sería el que debemos utilizar obligatoriamente calzado específico para poder colocar las calas que acompañan a los pedales automáticos, aunque no deja de ser también una ventaja ya que de esta manera evitaremos que nuestro calzado "normal" se desgaste en exceso.

Existe cierto miedo entre los principiantes y otros ciclistas que nunca han utilizado pedales automáticos a la hora de iniciarse con los mismos. Lo cierto es que cuando no estamos acostumbrados, es bastante fácil y común sufrir esas típicas caídas a bicicleta parada debido a que nos hemos olvidado desenganchar los pies o hemos tardado demasiado, pero siempre sin mayores consecuencias. Lo cierto es que con un poco de práctica, el gesto de enganchar y desenganchar el pie del pedal automático se hace de forma mecánica y no trae mayores problemas.
Además, no está de más recordar que en el mercado existen multitud de tipos diferentes de pedales automáticos. Podremos encontrar pedales automáticos de diferentes fabricantes y con diferentes sistemas de anclaje, además de otros pedales de tipo mixto que pueden ser utilizados como pedales automáticos o como pedales de plataforma, algo muy útil si no necesitamos estar "enganchados" en la bicicleta constantemente (por ejemplo, en recorridos urbanos).
Resumiendo de forma general, los pedales automáticos son más seguros, favorecen la eficacia de nuestro pedaleo ya que podemos ejercer fuerza hacia abajo con una pierna y hacia arriba con la otra consiguiendo un pedaleo en redondo, y nos evitan lesiones y dolores de articulaciones una vez están bien ajustados. Con un poco de práctica y algunas salidas con ellos, cualquiera puede beneficiarse de las ventajas de este tipo de pedales.

Cómo ajustar las calas de nuestros pedales automáticos

La cala.. esa gran temida!!!!!



Si hemos decidido montar pedales automáticos en nuestra bicicleta de montaña, tenemos que ajustar las calas que nos engancharán a ellos de forma correcta. Un buen ajuste de la calas nos evitará posiciones incómodas y futuras lesiones de rodilla o tendones. Pero, ¿cómo ajustar las calas de nuestros pedales?






Paso nº 1
Nos sentamos en una silla y descalzos, buscamos con las manos el punto central del área interna de los metatarsos de nuestros pies. Oprimimos un poco para crear puntos de presión que nos servirán para recordar la posición exacta de dichos puntos.
Seguimos sentados en la silla. Nos colocamos las zapatillas de Mountain Bike en las que montaremos las calas y buscamos igualmente los puntos presionados en el paso anterior. Marcamos con un lápiz o rotulador en la suela de las zapatillas la posición exacta para obtener la referencia necesaria.

Paso nº 2
Llega el momento de colocar las calas. Para ello, debemos posicionar las chapas donde irán atornilladas las calas. Estas chapas generalmente traen 4 orificios roscados, formando un cuadrado. En un primer momento, centraremos sobre los orificios más adelantados si consideramos que tenemos la punta del pie o los dedos del pie cortos; si por el contrario creemos que tenemos la punta del pie larga centraremos sobre los orificios más retrasados, siempre en relación a la punta de nuestro pie o de la zapatilla de Mountain Bike usada.
Alineamos el centro de los orificios roscados de la chapa siguiendo una línea imaginaria que parta desde la marca que anteriormente realizamos en la zapatilla. Para alinearlos longitudinalmente, centraremos la chapa sobre una linea recta imaginaria tomando como punto de referencia el centro de los extremos anterior y posterior de nuestra zapatilla de Mountain Bike. Otra forma es ajustar la chapa lo más centrada posible en el pie, siempre partiendo de que esté alineada con la marca que hicimos en el paso nº 1.

Paso nº 3
Atornillamos la cala a nuestra chapa correctamente alineada con la ayuda de una llave Allen del tamaño apropiado. Apretamos lo justo para poder manipular nuevamente los tornillos en caso de necesitarlo. No olvidad que es aconsejable usar un poquito de grasa en todas las roscas que manipulamos en nuestra bicicleta.
El momento decisivo. Regulamos el tornillo de presión de nuestros pedales automáticos (en caso de llevarlos) hasta la posición intermedia como punto de partida. Nos montamos sobre nuestra bicicleta de montaña y procuramos apoyarnos contra un muro o pared para no caernos durante nuestras pruebas.

Paso nº 4
Enganchamos y desenganchamos los pedales unas cuantas veces, para practicar el movimiento y comprobar el mecanismo. Recordad que el pedal automático de Mountain Bike generalmente se engancha hacia abajo y se desengancha de lado; explicado de otra manera: lado izquierdo = movimiento lateral izquierdo, lado derecho = movimiento lateral derecho. Iremos regulando el tornillo de liberación del pedal hasta dar con el punto idóneo que necesitemos.
Tenemos que asegurarnos que las marcas realizadas en nuestras zapatillas coinciden con el centro del eje del pedal automático. Si es así habremos realizado bien el trabajo. De otra manera, deberemos adelantar o retrasar la cala hasta que coincida con el eje del pedal, siempre que este alineada a la marca que hemos realizado y que nos señala el punto exacto sobre el que tiene que ir la cala bajo nuestro pie.

Paso nº 5
Hay que probar el pedaleo. Daremos una vuelta con nuestras flamantes calas enganchadas a los pedales y comprobaremos que no sufrimos ninguna molestia en los pies o en las rodillas. También tenemos que comprobar que el pie se encuentra en paralelo a la biela de nuestra bicicleta. No debemos ir con el talón apuntando hacia el exterior o hacia el interior, pues en este caso probablemente sufriremos algún tipo de molestia a la larga (o a la corta…).
Si experimentamos molestias en la parte inferior del pie, puede ser que nuestras calas se encuentren un poco más retrasadas de lo que deberían. En este caso es bueno adelantarlas en pasos de 2 o 3 milímetros e ir comprobando que las molestias disminuyen hasta desaparecer.

No os preocupéis si las calas quedan diferentes en cada pie. La mayoría de nosotras tenemos 2 pies y cada uno de ellos es diferente del otro. Por eso mismo, cada pie necesita su correcto ajuste. Por supuesto, cada una de nosotras necesita o tiene sus preferencias respecto a los ajustes necesarios para posicionar las calas. Probar diferentes posiciones, partiendo de la base descrita en este artículo, hasta encontrar la posición perfecta de cada uno.


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